miércoles, 5 de enero de 2011

Será que estamos cortos de vista?


Me gustan mucho los libros de autoayuda. Desde mi pubertad siempre he tenido alguno en mi biblioteca. Sin embargo, nunca los he tomado como una "nueva Biblia". Los leo y la mayoría de las veces ni los practico, lo que me parece interesante trato de guardarlo y lo que me parece que está muy trillado lo deshecho.

Sin embargo creo que hay veces que se van para el otro lado. Está todo bien con motivarse, pero no creo que esté todo bien con el hecho de no ver el "elefante en la sala".

Seguimos viviendo en un mundo que una vez formó parte del imaginario colectivo de algunos escritores. Digo el imaginario colectivo por no decir que ellos ya lo sabían. Así como una vez tomaron por fantaseoso a Julio Verne, después de que el hombre llegó a la Luna, todos dijeron "aaaa, realmente un visionario". Pero tal vez Julio Verne sabía algo que la mayoría no. También considero que ha pasado lo mismo con Aldous Huxley. Quien a finales de los años treinta escribió "Brave New World" o su versión en español "El mundo feliz". Es una lectura que recomiendo mucho siempre porque dejaría asombrado a más de uno y al igual que Julio Verne, fué considerada esa obra como de Ciencia Ficción (género que estaba naciendo por aquellas épocas). pero resulta que luego de la Segunda Guerra Mundial ya no se lo tomó como fantaseoso, y junto con otro autor, George Orwell quien escribió "1984" comenzaron a verlos con mas respeto. Primero porque poco a poco sus "profesías" se fueron volviendo realidad, luego porque en verdad parecía que ellos sabían algo o habían visto algo que los demás no.

No voy a hacer un trabajo referente al Mundo Feliz porque en verdad ya lo he hecho y publicado en Internet, el trabajo se llama " A las puertas del Mundo Feliz" y es una revisión de la revisión que hizo Aldous Huxley en los años 50 de su gran obra.

Lo que si me interesaría recalcar es lo siguiente.
Paulatinamente podemos ver que hay algo que no está bien. Por un lado gritamos "Dios es Amor" pero por otro le pateamos la boca o simplemente ignoramos a nuestro hermano que está caído, o muriendo de hambre, simplemente, no nos importa. Para todos los religiosos les digo, que hacemos ésto obviando el mayor mandamiento que le otorgó Jesús a la humanidad, y éste es "amad a vuestro prójimo como a sí mismos". Lo que lleva a realizar el siguiente pensamiento lógico: si es que en verdad amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no creo que nos amemos mucho.

Lo cierto es que no se ve mucho en los medios masivos de comunicación (algunos los llamamos, Medios Masivos de Desinformación - MMD), informes que alerten sobre la falta de agua y sus proyecciones, sobre la escasez de petróleo y otros minerales básicos, sobre la cantidad (casi la mitad o de pronto más de la mitad de los habitantes de esta gran nave) que viven debajo de la línea de pobreza. Lo único que se ve es diversión, tetas al aire, culos bien redonditos y películas con Bruce Willis siempre ganándole a los malos. Atención, no digo que eso esté mal, lo que insisto es en lo siguiente: si usted sabe que su familiar con quien vive en el mismo espacio físico está mal, moribundo, muerto de hambre y necesita ayuda, ¿usted se va a poner a mirar la tele y matarse de la risa mirando a los Simpson? Tal vez algunos contesten que sí, pero creo que serán los menos.

Algunos datos dicen que una de cada seis personas se encuentra medicada con referencia a algún dolor. No quiero ver ahora los datos de consumo de Prozac en Estados Unidos y de drogas similares en el mundo entero, pero nos estamos transformando "sin prisa pero sin pausa" en seres dependiente de químicos para sentirnos bien (en busca del Soma). Los niveles de drogadicción no solo en personas pobres sino en todos los estratos sociales causan estupor, y la verdad es que pareciera que no importa mucho. Los hombres necesitan sí o sí viagra para tener relaciones sexuales y las mujeres antidepresivos para confrontar su soledad (precio a pagar por la tentativa de ser la Mujer Amazona - ver aquetipos de Carlo Jung). A los niños y Jóvenes se los tipifica con algunos de los síndromes que aparecen por cantidades en los anuarios de psiquiatría y claro...también son medicados (en su momento fue sensación la Ritalina).

Pareciera que el ser humano se está durmiendo poco a poco, y está entrando en un estado Automático, controlado por ese gran Leviatán monstruoso que una vez fuera detallado por Hobbes. Ya no nos juntamos "al cordón de la vereda" porque ahora "nos conectamos al face desde el móvil". Los grupos van desapareciendo y cada vez tira más la individualidad, el hombre como centro del Universo, pero de una manera totalmente diferente a como lo fuera en el Renacimiento. El hombre como "terminal" de algo más grande, un servidor universal de ideas y la verdad es que en lo personal, me causa cierta sensación de escalofrío. Hablar de los altos índices de superpoblación mundial o de que en tan solo cinco años estaremos sufriendo por el acceso al agua parece de locos, pero Jhon Travolta y otros personajes poderosos compran parcelas en la Luna y a todo el mundo le da gracia. Se sabe que el mundo estará prácticamente inhabitable en pocos años, y aún así seguimos destrozándolo, en vez de enfocar todo el conocimiento científico en salvar y crear una nueva humanidad. Se dice en una famosa película que parecemos un virus y es cierto. Los mamíferos todos ( a excepción del hombre ) crean un sistema en armonía con su hábitat natural y el único que no lo hace es el Hombre, aunque estaría bien agregar que el que sigue el mismo patrón del Hombre (reproducirse, devorar su hábitat, luego moverse y seguir su reproducción exponencialmente siguiendo la destrucción) es el Virus.

Voy a finalizar esta editorial con algunas aclaraciones, no soy conspiracionista, pero intento ser algo realista, aunque utópico y soñador soy hasta la médula, no creo en Dios, pero sí creo en esa capacidad creadora y de bien que habita en el ser humano. Aún así pido a Dios, Al-há o quien sea, que le de fuerzas a quienes intentan cambiar el mundo para bien.

Un abrazo y nos leemos en la próxima.

9 meses más tarde.


Aquí me ven, o mejor dicho, me leen (si es que hay algún loco que quiere perder el tiempo leyéndome). Y como siempre, no se si escribo para alquien o si escribo para mí. Pero estoy convencido que lo importante de todo esto es, por lo menos, tratar de hacer algo. Han pasado meses y cuatro días de mi última publicación en este blog y la verdad es que me siento algo rado. Ya no vivo más en Uruguay, hoy vivo en Bolvia, Santa Cruz de la Sierra (hasta que me echen).
Pero lo cierto es que retomo mi actividad con nuevos bríos, de pronto, repasando mis antigüas publicaciones, no piendo lo mismo de algunas cosas pasadas, pero hay que tener en cuenta algo que siempre dije: Cuidado, las palabras que te liberan hoy te pueden encarcelar mañana. Por eso creo que el hombre (o mujer) tiene que ser consecuente con su razón y sentir, y debe poder decir que ha cambiado de parecer, porque su propia experiencia le ha enseñado algo que antes no sabía.
Así que mis siguientes publicaciones de pronto, rayan la utopía, pero realmente no me importa, porque sé que hasta el día de mi muerte voy a ser un utópico, aunque hoy pretenda llevarlo a la práctica. Cada ser humano tiene un camino que recorrer, tal vez puede construirlo, pero su Leyenda Personal (perdón por parafrasear a Coelho) está esperándolo a la vuelta de la esquina. Así que si alguien está leyendo esto (o como a veces sucede, alguien lo está leyendo cuando yo ya no esté) si alguna palabra de mi autoría sirve para que su boca la enuncie a los cuatro vientos, o si ayudo a alguien a ver algo desde otro punto de vista, de pronto no he pasado sin pena ni gloria por este mundo. Mi prosa, por decirlo de alguna manera, no pretende ser erudita, tampoco lógica, pero sí tendrá mi alma y mi vida. Manos a la obra.