jueves, 22 de octubre de 2009

Homenaje al Nobel de la Paz, Osama...digo...Obama.



Israel y EEUU inicia el miércoles maniobras militares conjuntas en alta escala de sus fuerzas aéreas, en la que simularán ataques con misiles

(provenientes de Irán, Libano y Gaza, y

posiblemente Siria) al Estado judío y su detección y neutralización en vuelo, mediante radares y escudos defensivos.

En el ejercicio, conocido bajo el nombre de Juniper Cobra 10, participarán fuerzas combinadas del Comando Europeo de EEUU (EUCOM) y del Ejército israelí, y
se prolongará hasta el próximo 5 de noviembre, según un comunicado del alto mando militar israelí.

El simulacro pondrá a prueba el sistema Arrow (Jetz) para la interceptación de misiles, el THAAD (un sistema de defensa aérea a gran altitud), una fragata con el sistema de defensa AEGIS, así como los sistemas antiaéreos Patriot y Hawk, según apuntan medios locales. Mas información en IAR Noticias


De Red Voltaire

por Thierry Meyssan*

La atribución del premio Nóbel de la Paz ha dado lugar a un concierto de elogios entre los dirigentes de la alianza atlántica. Pero también suscita escepticismo a través del mundo. Más que sumarse al debate sobre las razones que pudieran justificar a posteriori la sorprendente decisión, Thierry Meyssan expone la corrupción del Comité Nóbel y los lazos que existen entre su presidente, Thorbjorn Jagland, y los colaboradores de Obama. Toda la nota en Red Voltaire

«Esta mañana, al escuchar las noticias, mi hija entró y me dijo: ‘Papá, eres Premio Nóbel de la Paz’.» Esta fue la conmovedora historia que el presidente de los Estados Unidos contó a los periodistas como testimonio de que nunca deseó esa distinción y de que era el primer sorprendido. Sin tratar de indagar más sobre el tema, los periodistas publicaron titulares sobre la «humildad» del hombre más poderoso del mundo.

A decir verdad, no se sabe qué resulta más sorprendente: la atribución de tan prestigiosa distinción a Barack Obama o la grotesca farsa que la acompaña, o quizás el método utilizado para corromper al jurado y desviar ese premio de su vocación inicial.